Salir a la naturaleza con los niños es mucho más que una forma de pasar el domingo. Son muchos los beneficios que les aporta y favorece su desarrollo cognitivo y emocional. El contacto con la naturaleza proporciona la posibilidad de disfrutar de múltiples experiencias que les ayudan a descubrir el mundo. Sensación de bienestar, de libertad, de serenidad, que, si bien son positivas en si mismas, también ayudan a minimizar el estrés de la vida cotidiana (tareas escolares, horarios, extraescolares,…)
Los espacios naturales les invitan a explorar, tocar, oler, probar, arriesgarse, crear, experimentar con materiales y texturas naturales, construir,… Jugar o bañarse en ríos, ver animales, jugar con las hojas, construir cabañas, oir el viento en los árboles o el sonido de las pájaros; todo es enriquecedor. Salir al campo, a la playa, a la montaña repercute en su salud física, mental y emocional. A los niños, la naturaleza les ofrece la oportunidad de aventura, de aprendizaje, donde su mente fluye hacia la creatividad, la concentración en lo que le rodea. Por supuesto, será una buena ocasión para enseñarles la importancia del cuidado y respeto del medio ambiente (mantener su limpieza recogiendo la basura, concienciándoles de la prevención de incendios, inculcándoles el respeto por los animales,…) Será la forma de estimular el amor por la naturaleza.
Compartir juegos, actividades, observar con los niños, recolectar para hacer un collage en casa,… favorece la relación con ellos. Se crean momentos que verdaderamente merecen la pena y que mantendrán en el recuerdo.
También tú, papá, mamá, disfruta de la libertad, la serenidad de la naturaleza, llénate de ella. Recárgate.