Muchos de los motivos de consulta por parte de los padres se relacionan con trastornos que en su base tiene un mal establecimiento de las rutinas diarias en casa.
Desde poco después de nacer es importante ir instaurando algunas rutinas que poco a poco irán estructurando el día a día del bebé.
A medida que van creciendo, la existencia de una serie de rutinas proporciona a los niños una organización mental que les ayuda a entender los tiempos para muchas actividades o conductas diarias.
Tener una hora para las comidas, el baño, los deberes, saber en que momentos hay que lavarse las manos, los dientes, recoger los juguetes, etc. les ayuda a interiorizar tareas y les enseña a respetar los límites (entendiendo estos límites como marco en el que apoyarse para su adaptación al mundo, para el desarrollo de su autonomía, ..). Ademas, conocer como se distribuyen las rutinas diarias les aporta seguridad, les proporciona estabilidad y facilita que vaya adquiriendo autonomía y responsabilidad.
Por supuesto, hay excepciones si algún día estamos fuera de casa o se dan circunstancias que no hacen posible cumplirlas. Por otra parte, no se trata de ser rígidos pero sí constantes.
Sentarse en la mesa para comer, ir a dormir a su cama a la misma hora todos los días, recoger los juguetes,…pueden parecer objetivos difíciles de conseguir en algunas familias. Pero es posible desde la paciencia, el juego, el humor, la complicidad.
Y, si necesitas ayuda, puedes contar conmigo.